miércoles, 18 de agosto de 2010

Efectos del ordenamiento territorial

Publicado por El Tribuno, el 6 de Agosto de 2010

El 29 de julio pasado, el licenciado Félix González Bonorino, coordinador de Políticas para Ambiente y Desarrollo del Gobierno de Salta, publicó en la sección Opinión de diario El Tribuno una nota titulada “Foresto Industria, la próxima gran fuente de trabajo”. Tal aseveración la fundamenta en una entrevista que FAO reproduce con expresiones del camerunés Emanuel Ze Meka, reconocida autoridad del tema.

Concluye el licenciado González Bonorino su nota preguntando: “¿Y Salta?” y contesta que “no participa en este baile” para luego hablar de la posibilidad de llevar a 30 mil hectáreas la superficie forestada, creando fuentes de trabajo, reteniendo la gente en áreas rurales, industrializar con nuestra materia prima, etc.

Al señor coordinador de Políticas para Ambiente y Desarrollo del Gobierno de Salta le habría sido de gran utilidad leer, antes de encarar el ordenamiento territorial en la provincia, lo que dijo Jacques Diouf, director General de FAO, al afirmar que el desarrollo ganadero mundial es “esencial para mitigar la pobreza y la inseguridad alimentaria”, ya que el sector pecuario representa dentro de la actividad agropecuaria el 40 % del valor mundial de la producción agrícola y contribuye con el 15 % del total de la energía alimentaria y el 25 % de las proteínas incluidas en la dieta, además de otras bondades.

Si esto se hubiera tenido en cuenta, tal vez el color amarillo no sería hoy el predominante en nuestro mapa de ordenamiento territorial (ver imagen) y nuestras producciones con crecimiento genuino y sus actores no habrían caído en el estancamiento que condiciona su futuro.

Para fundamentar lo expresado basta con pocos datos de la realidad. Los departamentos de Orán, Rivadavia y San Martín (pintados en amarillo), mostraron desde 2003 un crecimiento impensado en ganadería bovina. Esto llegó de la mano de las inversiones genuinas, resultado de la producción granaria de la zona. A diferencia de otros lugares del país, en Salta el grano no “corrió las vacas”, las introdujo con eficiencia productiva, generando todos los beneficios que el González Bonorino espera de la actividad que en su nota promueve.

Un esfuerzo tirado a la basura

El ordenamiento territorial hizo que, por primera vez en 15 años, nuestro stock ganadero disminuya, ocurriendo lo propio con la vacunación luego de 18 campañas contra aftosa. A pesar del riesgo sanitario que esto implica y al texto de la Resolución 181-10 del SENASA, que modifica la estrategia y perjudica nuestra ganadería, nada se dice. Fuimos la única provincia del NOA que no sumó stock. El desaliento gana. Sorprende ver la cantidad de productores locales que hoy invierten en países vecinos. Nuestros cabañeros se asocian para vender la genética local, con mucho esfuerzo conseguida, al extranjero. Hoy se habla del Plan Estratégico Federal Agroalimentario y Agroindustrial, y desgraciadamente nada se dice de la ya cerrada etapa agropecuaria (mayo 2008).

Allí se incorporaba entre 2010 y 2016 seis millones de hectáreas a la producción, más de 50 % de ellas involucraban directamente a Salta, con la acertada novedad de la división regional por características agroecológicas. Sin embargo, desde las áreas cuyas políticas coordina el licenciado González Bonorino se presentó una cartilla como Desarrollo Estratégico, muy prolija, aunque con gruesos errores, incompleta, contradictoria, que nada tenía que ver con aquella propuesta federal. Es difícil entender los capítulos 2 y 3, si no se leyó el 1.

Tal vez sea esta la razón por la que entidades del agro local quitaron o ponen en duda su apoyo a esas propuestas o invitan al gobernador para insistir en planteos que ya estarían resueltos. Nuestra amarilla autoexclusión, que nos quitó la más envidiada de las potencialidades -la disponibilidad de tierra- no frenó el objetivo nacional. Hoy, empresas agropecuarias agrícolas aseguran que en los próximos 5 años van a incorporar unas 2 millones de hectáreas en Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Corrientes y Entre Ríos.

El subsecretario Nacional de Ganadería piensa recuperar algo de las 14 millones de hectáreas que el grano le ganó a la carne, obvio que en otras provincias. El récord alcanzado en soja hace pensar en acciones que toman cuerpo para 2011-2016, en algún tipo de fomento que permita fertilizar el suelo, ya que este y no otro es el verdadero recurso natural a preservar, como generador de alimentos.

Salta se quedó afuera

Ahora pregunto yo: ¿Y Salta? Contesto que, en materia agrícola y ganadera, si estábamos en el baile, ahora miraremos de afuera. La humanidad demandará en el presente siglo (del que ya pasó una década) la misma cantidad de alimentos que en los últimos diez mil años; esto sólo si se mantiene el promedio global de dos hijos por pareja. Quien impida la generación de los mismos compartirá la responsabilidad de la hambruna global.

Si la misma dedicación que se puso en el ordenamiento territorial se hubiese puesto en llevar adelante el plan federal propuesto, seguramente que Salta ya contaría con las 30 mil hectáreas que el coordinador de Políticas para Ambiente y Desarrollo aspira para la foresto industria, sólo con las cortinas forestales de esa extensa área amarilla. En lugar de una piedra basal se podría “haber cortado cintas” de una agroindustria ya instalada. La mejora de caminos rurales, provisión de agua, infraestructura productiva, etc., serían las pruebas tangibles que nuestro gobernador hubiese mostrado al ZICOSUR.

Entiendo que hablamos de una ciencia que no es exacta, por lo tanto hay más de una interpretación. Respeto la del licenciado González Bonorino, pero aspiro a que se entienda la mía como una herramienta para que el gobernador Juan Manuel Urtubey pueda hacer realidad la esperanza.

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